Al ingresar a Magdalena Gastro Bar el comensal siente que entró a una especie de cálido jardín con un amplio y fresco mural de plantas en el barrio Alto Prado.

Magdalena es un restaurante que nació hace dos años innovando con creativas interpretaciones de la cocina del Caribe colombiano en platos que descrestan a sus visitantes.

La propuesta inicial del local nació de su propietario Darío López, quien deseaba que el lugar fuera un restaurante Caribe, donde se resaltaran los sabores propios de la Costa colombiana. “El río atraviesa todo el país y la idea era que todas esas recetas y sabores desembocaran en el restaurante dándole un toque nuestro”, dijo Darío López Borja, propietario del Colectivo del Vacile y de Magdalena Gastro Bar a Zona Cero.

Su propietario, aunque señala que no estudió la carrera de chef, él mismo se considera como un “goloso” y afirmó que le gusta compartir “la buena comida y los mejores vinos” considerando que la cocina es algo que “nace en casa” y que surgió en su existencia gracias a influencia de las mujeres más importantes de su vida.

“Esta pasión nació por mi madre, mi abuela y mi novia, de allí parte este amor por la cocina y los vinos que he convertido en este emprendimiento”.

Magdalena es un reflejo de la gastronomía del Caribe y trata de llevar sus platos típicos tomando elementos y productos de nuestra de región hacia un nivel gourmet. “Tratamos de reinterpretar una arepa con huevo en día de brunch, tomar el suero con yuca y ñame como acompañantes y darle protagonismo a nuestros platos Caribe”, resaltó López.

El restaurante cuenta con una colección de arte en sus muros, que al igual que su carta, se renueva por temporadas. “La gastronomía es arte y por eso nos acompañan unas obras del artista Carlos Villabón del Espinal, Tolima, que es muy colorida y dibuja rostros haciendo alusión al río Magdalena con sus niños jugando en este afluente”.

Productos orgánicos

Todos los ingredientes y productos de Magdalena provienen del campo y llegan frescos y sin pesticidas a la mesa. “Nos hemos encargado de rescatar los ingredientes orgánicos. Traemos de una finca de mi padre en Sitionuevo, Magdalena, productos como la yuca, el ñame, la berenjena, el corozo, el suero y todos elementos para crear los platos con frutos frescos de la despensa directo a la mesa. Así podemos tener la leche recién ordeñada, el queso recién elaborado y que nuestros platillos sean un reflejo del campo a la mesa”, detalló su creador.

En el mismo restaurante está sembrada una flor comestible de albahaca, con la que su chef decora platos como los risottos, agregando una frescura campestre inigualable al paladar.

La carta

Su propietario recomienda de la carta el plato de pulpo asado a las brasas y al carbón, acompañado por una reducción corozo y un puré de yuca que permite resaltar nuestros sabores costeños.

 “Nuestro equipo de cocina se ha encargado de crear la carta que no es estática y la idea es ir probando sabores y los elementos que tiene nuestra cocina local y llevarlo a un nivel donde los chefs puedan ofrecer su interpretación”, explicó López.

La carta está compuesta por pescados y mariscos, carnes, pollo y patos. “No queremos que la gente se siente a comer simplemente sino que viva una experiencia donde el olfato, la vista y el paladar le ayuden al comensal a evocar los sabores de antaño y que digan: “yo recuerdo que este plato, lo probé en la casa de mi abuela, o este ingrediente me recuerda a este momento” y eso es lo que nos gusta ofrecer a quienes nos visitan”.

En las entradas ofrecen un plato dedicado al Atlántico titulado el Embajador de Baranoa, que es una muestra de chicharrones, que pasa por un proceso de ocho horas en el horno, donde se cocina en sus propios jugos y esta técnica le da ese crocante especial a este producto.

Ofrecen también como entradas langostinos, camarones y una Langosta Pícara, que mezclan con plátano maduro y queso a la parrilla presentado como una langosta al estilo termidor.

Otra de las entradas más innovadoras son las galletas de cucayo, que son literalmente unas tortillas con una técnica única, que vienen acompañadas con un mouse de cucayo, un guiso con chicharrón y con el tradicional suero costeño. “Siempre recordaba la pelea con mi hermano sobre quien raspaba la olla de cucayo y tomamos la idea de una galleta que elaboramos con cucayo”.

La cocina de Magdalena también ha creado unos Arancini de Posta Cartagenera, que son un tipo de buñuelo crocante, que en la mitad llevan ese toque dulce de la carne al estilo posta negra.

En el mes de octubre han creado un plato especial de Halloween que se denomina un risotto de mar en tinta de calamar elaborado con arroz arbóreo, calamares, camarones, tomates perla y croquetas de queso parmesano cuya textura y cremosidad se derrite en la boca del comensal.

La pesca del día es comprada a pecadores artesanales y es presentada con mariscos o simplemente a la parrilla. El salmón de la carta es servido con una reducción de panela y va acompañado de un risotto.

Ofrecen un plato de carne a la parrilla presentado con almendras y espinacas.

En los postres el visitante puede degustar de El Magdalena que es una torta que viene con una reducción de corozo. Entre los dulces, la carta brinda unas Fresas con Crema, que son servidas con frutos seleccionados y un Enyucado Artesanal y compacto con una reducción de uvas isabelinas, con helado que es otra delicia típica del Caribe.

Vinos

La cava ofrece desde Carbernet y Malbec para las carnes y vinos blancos y chardonnay para los pescados y mariscos.  “La buena mesa va siempre acompañada de un buen vino. Sobre el maridaje de qué vino va acompañado de tal plato, creemos que eso ya está muy revaluado y realmente sentimos que el mejor vino es el que a uno más le guste, pero siempre hacemos algunas recomendaciones”, comentó López.

El Patio de Magda

El local ofrece un espacio que han denominado el Patio de Magda que es un bar donde su barra sirve gran variedad de gin tonics con mezclas osadas con flor de Jamaica, uvas isabelinas y corozo refrescante al paladar y para comenzar la noche de rumba barranquillera.

“Quisimos recordar los patios de las casas de abuelas donde la protagonista no fuera la música o la rumba sino las bebidas”.

La barra posee gran variedad de ginebras, whiskys y vinos a disposición del cliente, que también puede disfrutar de una creativa decoración, compuesta por barras de corozos, sombrillas de colores, taburetes de madera, con un ambiente al estilo vintage.  

La música mezcla la electrónica con lo funkie y el jazz que es protagonista de los sonidos de la noche sin ser estridente es ideal para mantener una buena conversación acompañada con las mejores bebidas en la sobremesa.

Como detalle especial el play list musical tanto de Magdalena como del Patio de Magda puede ser descargado en la plataforma de Spotify para aquellos que deseen llevarse el sonido del restaurante a sus hogares.

Horarios y reservas

Abren de martes a domingo. Los lunes no está abierto al público por planificación del local. Atienden de 11:30 a.m. 3 p.m. y de 6 p.m. a 10 p.m. entre semana y los jueves, viernes y sábados el servicio se extiende un poco más.

Dirección: 53 # 75 - 96 Local 1. Reservas: 323 3529851